LO INGERIMOS
Como no se disuelven en el agua(no son hidro dispersables), no hay que mezclarlos con agua o infusiones, sino mezclar con un poco de miel o aceite vegetal o, si no, con un azucarillo o un comprimido neutro. También se pueden utilizar en la cocina e integrarlos a un plato, ¿por qué no? Algunos aceites esenciales dan pie a ello, como la albahaca o la lavanda.
LOS INHALAMOS
También podemos aprovechar sus beneficios mediante inhalaciones secas (directamente sobre un pañuelo) o húmedas ( en un cuenco de agua caliente). Asimismo se pueden añadir unas gotas a un difusor o, en su defecto, en un plato de cristal o de porcelana colocado cerca de una fuente de calor, con la finalidad de sanear el ambiente (oficina, habitación...) o de crear una atmosfera delicada y perfumada.
Evita los platos o dispositivos de barro que se colocan directamente encima de la fuente de calor. Un calor demasiado intenso desnaturaliza el aceite esencial y resulta menos activo.
LO APLICAMOS SOBRE LA PIEL
Los aceites esenciales atraviesan la barrera de la piel muy deprisa y se integran al flujo sanguíneo y, de ahí, llegan al órgano "final". Por eso no debe extrañarte encontrarte con consejo de masaje para una afección en una zona alejada del lugar de aplicación. Por eso mismo, el eucalipto aplicado en la planta del pie te provocará un aliento con un agradable perfume a los pocos minutos de aplicación.
HACEMOS BAÑOS
Baños de pies, de manos, derivativos, de cuerpo entero; he aquí otra excelente forma de beneficiarnos de los aceites esenciales. También actuarán:
- Por penetración epidérmica sobre el conjunto del cuerpo.
- Por dispersión en la atmósfera del baño y penetración por las vías respiratorias.
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